Con nuestro primer montaje, PROMETEO ENCADENADO, de Esquilo, nos decantamos por compaginar la expresión corporal, la música y el discurso político. Caracterizaron a este montaje las formas abstractas, buscando la belleza en la expresión de los cuerpos, los coros de voces cantadas con una partitura original, y el posicionamiento ante el abuso de poder y la defensa del revolucionario Prometeo que lucha por la libertad.
Junto a Prometeo, llevamos a escena la comedia romana EL MERCADER, de Plauto, obra nunca representada antes en nuestro país. De nuevo la música y el movimiento caracterizaron a los personajes, esta vez cómicos, para dar forma a una comedia cargada de carcajadas.